Sí, las tomografías son generalmente seguras. Sin embargo, implican una pequeña exposición a la radiación, por lo que su uso se justifica solo cuando es clínicamente necesario.

Durante la tomografía, te acostarás en una mesa que se desliza dentro del escáner. Debes permanecer inmóvil y, en algunos casos, es posible que te pidan que contengas la respiración por unos segundos.

 Se pedirá al paciente que use una bata para evitar interferencias de elementos metálicos en la imagen. Como ser joyas, monedas y cierres metálicos, sólo interferirán si están en la zona de exploración; por ejemplo, en estudios de la cabeza se deben quitar pendientes o prótesis bucales, pero no es necesario quitarse el reloj o anillos.

Generalmente, no hay restricciones después de una tomografía, pero si se utilizó un medio de contraste, se recomienda beber mucho líquido para ayudar a eliminarlo del cuerpo.

Por definición un contraste radiológico es una sustancia química que tiene la capacidad de absorber los rayos X en mayor o menor grado que los tejidos blandos. se utiliza para mejorar la visualización de las imágenes. Esto puede implicar beber una solución o recibir una inyección. Según la vía de administración, se clasifica en contraste digestivo (oral o rectal) y contraste endovenoso (venosa). 

El contraste digestivo oral puede ser hídrico, de sulfato de bario o de yodo, y el rectal, además de estos, puede incluir aire.

 El contraste endovenoso es yodado y se administra por una vena del brazo generalmente. El contraste endovenoso puede causar reacciones adversas, por lo que un radiólogo supervisa al paciente. 

Antes de la prueba, se proporciona un consentimiento informado, que es un documento explicativo de los beneficios y los posibles riesgos derivados de la inyección de contraste el cual debe ser firmado (aceptando o rechazándola el uso de contraste) por el paciente o acompañante responsable, para asegurar que el paciente ha recibido la información necesaria de los beneficios y riesgos.